miércoles, 27 de agosto de 2008

Se me escapan los ceros




Hago la suma y no me sale.
Se me escapan los ceros
a bailar sobre el muro.
Me han invitado a tomar el té,
y al final seré yo quien pague la cuenta:
400+600+300+4.000
+500+80+90+2.000.

Los ceros suben la escalera
y apenas ruedan,
a pequeños saltos se desmiembran.
Me miran maliciosos
con su sonrisa de agua sabia
Han llegado a la torre:
la que no tiene puertas
y rimo ilusoria para ver
la trenza dorada
lanzada en rescate
de mis números trepadores,
pero la trenza no aparece...
y ya los ceros hacen parapente
con el viento a su favor.

Llegaron a la montaña más alta.
Ya no pueden subir más
Allá, mis ceros, montaron un campamento de fuego,
se asaron cien conejos silvestres,
cantaron canciones de enanos,
leyeron el destino en las estrellas,
vieron pasar al cometa,
y esperaron, esperaron,
esperaron, esperaron
¡Qué pacientes fueron mis ceros!

Cuando vieron mi nariz
enrojecida de payaso
asomar por detrás del risco
dieron palmas, jalearon,...
¡y echaron a volar en globos de colores!

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