miércoles, 25 de enero de 2012

Febrero: poesía sin recovecos, poesía sin tapujos, poesía des(en)carnada en The Explorer's Club

Llega febrero y con él una agenda poética en The Explorer's-El Dorado que no será fácil de olvidar. Porque por nuestros domingos pasarán nombres como Matías Escalera, Alberto García-Teresa, Gonzalo Escarpa, Ana Pérez Cañamares, Txus García y Laura Gutiérrez. Nombres que nos recuerdan que la poesía descerraja tapas de alcantarilla, asalta bancos, dispara a bocajarro en la sien de los dormidos. Una poesía que riñe con las conciencias aletargadas, las medias tintas, el miedo... Una poesía que habla de injusticia, opresión, represión y violencia, sin victimismos, sin vergüenzas. Una poesía que duele dentro y fuera, que quema, que incendia con letras las morales más retrógradas.
Para que vayáis haciendo boca, os pongo un poema de cada uno de los autores y os aviso: Yo no me perdería ninguno de los recitales.

ANA PÉREZ CAÑAMARES

CAPITALISMO

El hombre seboso y trajeado se cuela en nuestra cama cada noche
después de follarse al universo viene a susurrarnos nanas
su obsesión por nosotros no descansa nunca
en nuestros sueños nos persigue
con su disfraz de perro, de vendedor, de cura
de espiga de trigo, de pistola en el bolsillo
su disfraz de muerte, su disfraz de vida

sé que tú le gustas con ojeras
yo le pongo cachondo cuando estoy cansada
me quiere flaca aunque me tienta con chucherías
y a ti elegante aunque te duelan los huesos
me empuja a emborracharme pero no por diversión
sino para olvidar
que mis horas de ocio se cierran siempre con balance negativo
 
cuando estamos a punto de enfermar por agotamiento
nos premia con unas vacaciones
y nos tiende los billetes como el cazador
lanza un hueso al galgo que ahorcará mañana

me instiga a desear cosas que no necesito
aunque él nunca tiene para
mí un regalo
 
dice que mis enemigos son aquellos
que quieren lo mismo que yo
porque no hay bastante
nunca hay bastante para todos
y nos cobra por lo que no es de nadie
por el agua de lluvia
por el sol y la arena
por los claros del bosque
y los manantiales

secuestra a mi amor durante 10 horas cada día
y cada día me lo devuelve más viejo
con sus brazos lascivos abraza a mi hija
y yo grito ¡huye!
-he visto los primeros signos de rendición
en su rostro inocente
-pero no sé mostrarle la puerta de salida
y más que mi felicidad, lo que a él le preocupa
es atisbar en mi cara un rastro de consuelo
que me permita llegar hasta la próxima tregua
 
cada día me pone café en los labios
para que aguante, y luego una pastilla
que me aplaque los nervios para que descanse y duerma
mientras él sigue haciendo conmigo lo que le viene en gana
(a veces se tumba sobre mí y yo con los ojos abiertos
miro al techo, y si se da cuenta me dice
que ya va siendo hora de pintarlo)
envenena la comida con que me alimenta
me prohíbe fumar mientras engorda mi ansiedad
y me quita los chupetes que podrían consolarme
provoca mi llanto
y después me obliga a maquillar las señales de la tristeza
 
si me pongo rebelde, ríe paternalista
cuenta que él también pasó por esa época
y mi rebeldía la rebaja a moda
que luce en camisetas los sábados por la mañana
cuando sale a comprar los cruasanes y el periódico
él me da detalle de cada asesinato, de todas las guerras
de las violaciones y los golpes de estado
pero tanta información me deja sorda y ya no escucho
los crujidos ni los llantos en voz baja
las señales del desmoronamiento
y él calla que cada muerto, cada herido
las mujeres violadas y los que sufren torturas
todos recibieron su visita antes de convertirse en lo que son ahora
se zafa de las culpas con promesas
pero yo sé que una palabra suya
bastará para condenarnos
y si desaparece es para espiar a salvo y oculto
en los bares, en los hoteles, en los baños, en las celdas
tengo que darle las gracias porque
¡tú eres una mujer moderna!, grita animoso
de las que habla inglés, trabaja en casa y en la oficina
va al gimnasio y aparenta menos edad de la que dice el dni
tienes nociones de pedagogía aunque apenas veas a tus hijos
y además fuiste bendecida con una vocación
para que puedas sentirte mejor que otras
(y yo callo que yo no quiero ser artista
si eso va a convertirme en diferente
porque ya me siento lo bastante sola
y no quiero competir en más carreras)
si muestro debilidad, susurra, todos querrán aprovecharse
(como si él dejara algo para los otros)
mejor será que despliegue arrogancia
(con todos menos con él)
de todo me habla pero no de quién recogerá los restos del naufragio
ni en qué lugar nos reuniremos los náufragos para organizarnos
para hacer un fuego, compartir la comida y quitarnos el frío
aunque antes hay que hacer acopio de fuerza
para no abandonarse cada uno en su rincón
Un día, no sé cuándo, yo le voy a cobrar
sus cadáveres, las humillaciones
el secuestro de la inocencia
el expolio de los sueños
yo le voy a cobrar, no sé cuándo
y la primera puñalada que le voy a meter
va a ser por las caricias que no nos dimos
por los polvos que no echamos
tú y yo
cada vez que se cuela en nuestra cama
y nos dice que mañana, mañana, mañana
mañana el despertador sonará a las 6.30
y veinte minutos más de sueño
nos harán mejores soldados a su servicio
Te lo juro, mi amor. Una puñalada
por cada polvo que nos robó
y luego ya el resto, por los presos, por los indigentes
por los que dejan atrás casa y familia
por el dolor que no merecemos sufrir ni ver
por los campos arrasados
por los animales que se hacinan
por los niños que trabajan
por los ojos que se cierran por el cansancio y la muerte
por el tiempo que no volverá
por la vida que nos robaron
por la vida
mi amor
por la vida.

TXÚS GARCÍA
¡CUIDADO! 

¡Cuidado!

Las locas venimos en masa
las locas sacamos las uñas
y zas
te arañamos la otra mejilla

¡Cuidado!
Las locas las desviadas
cuecas maricas travelas
torcidas feas y extrañas
te pegamos con el bolso

pisoteamos tus valores

te escandalizamos entera

¡Cuidado!
Las locas invadimos

tenemos negocios
somos tus doctoras

maestras y monjas

estamos por todas partes
nos casamos y adoptamos
estropeamos a tus niñas huérfanas

Te vendemos el pan
amasado con manos
de culo de pecado
de sida de noche
Te rozamos en el metro
te pagamos el sueldo

te limpiamos las camisas
te miramos en los baños


¡Cuidado!
Las locas somos todas y estamos cabreadas

las locas te arañamos te pegamos y escupimos
te mostramos nuestros queer-pos te tocamos el falito
te sobamos las ideas rompemos tus esquemas


¡Cuidado!
Que va ser que ahora no tememos a tus perros

a tus porras a tus palabras a tus condenas

o a estar presas
Porque ya hemos estado ahí mucho tiempo
generaciones de exilios condenas cárceles campos
palizas sangre dolor lágrimas travesti de mierda
maricón bollera contranatura vergüenza ajena

¡Cuidado! Las locas contagiamos
te pegamos cualquier cosa te volvemos rarita
sin quererlo

¡Cuidado!
Las locas contagiamos

la fuerza el coraje

las ganas de luchar
y el poder vivir por fin, sin miedo.

 



MATÍAS ESCALERA
PUNTO Y MEDIDA DE LAS COSAS
(de Grito y Realidad, 2008)

Los hijos de Abraham
se devoran
al fin
y nos devoran al amparo de la noche -gritaron mientras los degollaban
con la indiferente desesperación de los que están acostumbrados a sufrir-.

El hijo del carpintero -respondí- yace también muerto
bajo una cúpula de cincuenta metros
sin testigos
-Buonarroti certificó su muerte-. En el espacio -dijo- ha quedado establecida
de una vez para siempre la perfección de la nada
y los gritos la circunvalarán
inútilmente.

A las puertas de Argel
o en las calles de Hebrón
-y bajo la columnata de Bernini- los ancianos han derramado lágrimas
de desaliento -con la indiferente desesperación
de los que están acostumbrados a sufrir-.

Qué extraño siglo este para los hijos de Abraham
-se decían unos a otros- no hemos aprendido gran cosa en Auschwitz.

ALBERTO GARCÍA-TERESA
MERCADO DE TRABAJO

Cuando salí del despacho
con una copia del contrato
en una carpeta bajo el brazo,
descubrí
colgando
de mi manga
un papelajo:

«PVP».

******************

Amargo sabor el que queda en la boca
cuando rasgas el sobre de la nómina.

Amargo el poso que se mantiene
mientras oyes discursos de tus jefes.

Amarga la mirada
que se queda en tu silla, en tu mesa, anclada.

Amargo es el deseo
de intentar comprender este absurdo acuerdo
por el que renuncias a la vida
para poder tratar de seguir viviendo.

GONZALO ESCARPA

En el tren, justo enfrente de mí,
una pareja de Madrid conversa
sobre la conveniencia de pintar
la mesa del despacho
de naranja chillón.
Ella opina que sí.
El no está convencido.

Ella lleva un anillo
muy estrecho, de oro,
sin adornos.
Él
también.
Él dice muchas veces: “Por supuesto”.

Buscan un nuevo rojo: rojo
china.
Han comprado revistas
muy especializadas: “Casa al día” y
“Mi casa”.
Arreglan el salón, el despacho,
el cuarto de Javier.

Son serios y ordenados.

Imagino que follan
sin demasiada imaginación,
porque a ella le parece
excesivo definitivamente
poner luz verde clara
en el salón.
“Una casa no es una fiesta del arco iris”,
dice.

Él prefiere papel en la pared del cuarto de invitados.

Él lleva gafas.
Lo más seguro es que le guste que le azoten,
ponerse ropa de ella
y los relojes caros, con cronógrafo.

Yo me siento y les miro.
Hablan de la Johansson
y de lipoescultura.
Se abrazan, juegan, son
felices con su idea
del trabajo, con su
seguridad, su casa, sus revistas.
Leen juntos el artículo
“Las claves para no retener líquidos”.

A él le sobran unos 14 kilos,
ellas ha ido a tres sesiones de depilación láser.
Tiene las piernas largas y bonitas.

A veces las enrosca
alrededor del cuello de su hermana
y se comen el coño
hasta la extenuación.
Él no lo sabe aún,
pero le encantaría verlo y masturbarse
y meterse dos dedos en el culo.

Mi pie acaba de tropezar con el de ella.
Me ha sonreído amablemente.
“Perdón”. “No pasa nada”.

Él está escribiendo algo en su palm.
Tose. Está pensando
en su pequeña amante de 12 años,
en si no habrá empezado alguien a sospechar,
en sus pechos pequeños,
en su boca de frío.

Lo acaban de decidir:
los muebles del jardín,
seguro,
coloniales.

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